Cuando hablamos de drenaje en nuestras ciudades hay que tener algo muy en cuenta: la gestión del agua de lluvia en entornos urbanos ha sido siempre enfocada de forma correctiva y evolucionando a medida que surgían problemas. Hoy, en pleno siglo XXI, Drenatura surge como una solución natural, efectiva e innovadora en materia de drenaje sostenible a un problema inherente a nuestras ciudades.
Desde la aparición de las primeras ciudades hace miles de años, la gestión de las aguas pluviales siempre ha supuesto un desafío para el ser humano. Las inundaciones urbanas han sido un problema a lo largo de toda la historia, y todo indica que la aceleración del cambio climático no hará sino extender esta cuestión a muchas ciudades que, hasta ahora, no habían estado expuestas tan frecuentemente a los efectos de las lluvias torrenciales.
En este sentido, el crecimiento de las urbes implica que las superficies impermeables y el sellado del suelo aumentan día a día. A mayor urbanización, más graves son las alteraciones del ciclo natural del agua, incrementando los problemas relacionados con el drenaje y la gestión del agua de lluvia.
Drenatura: un concepto pionero de drenaje inteligente
Tomemos Bilbao como ejemplo: toda gota de agua de lluvia que entra en el sistema de alcantarillado de la capital vizcaína termina vertida a cauces o en la depuradora municipal. Hasta aquí todo normal, ¿verdad? En realidad no: con estas aguas viaja una importante cantidad de residuos que se depositan en las calles (basura, colillas, sedimentos, bacterias…) y que son arrastrados por la escorrentía acabando en muchas ocasiones en la Ria y, finalmente, en el mar.
Este fenómeno puso de manifiesto la necesidad de actuar de una forma más preventiva y eficaz a la hora de gestionar el drenaje urbano en Bilbao.
Drenatura en 2017 nace como una continuación de la labor realizada por su socio fundador desde 2010 en la empresa Urgarbi. Gracias a una profunda especialización en drenaje sostenible, Drenatura cuenta con capacidad, medios y experiencia para abordar las cuestiones específicas que se plantean a la hora de conservar el ciclo natural del agua en el entorno urbano.
Drenaje sostenible vs. drenaje convencional
La evidencia científica en torno a los beneficios ambientales, sociales y económicos que tienes los sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS) es muy extensa. No obstante, ¿cuáles son las ventajas que ofrece el sistema actual de drenaje urbano y alcantarillado? Hoy en día, los sistemas de drenaje convencionales se centran en tratar de corregir los problemas en la parte baja de la red y de forma correctiva. El constante incremento de volúmenes y caudales en el sistema centralizado compromete muchas veces su funcionamiento hidráulico que muchas veces es superado dando lugar a desbordamientos de estas aguas a los medios receptores.
La doble función que le exigimos al sistema unitario – evacuar en tiempo seco como en tiempo de lluvias – es complicada de cumplir con éxito. Cuando llueve, el caudal de escorrentía puede ser de diez a veinte veces mayor al caudal de aguas residuales, y genera importantes desequilibrios en el sistema. En España, aproximadamente la mitad de toda el agua depurada en el país anualmente tiene un origen pluvial. Esto es un claro indicador de que el margen de mejora es muy amplio. Los SUDS son una gran oportunidad para revertir esta situación, al crear una red de estructuras descentralizadas.
Los SUDS: el drenaje urbano con visión de futuro
Drenatura ofrece tecnologías y productos que implementan una cadena de gestión del agua pluvial para detener, frenar, almacenar, tratar e infiltrar estas aguas y así reproducir en la mayor medida posible el ciclo natural del agua previo al desarrollo. La adopción de esta forma innovadora de gestionar las aguas pluviales en el entorno urbano minimiza los problemas generados por impermeabilización de suelos (inundaciones, contaminación, erosión de cauces, etc.) y permite afrontar el urbanismo de forma preventiva y proporcionando importantes beneficios entre los que cabe destacar:
- Reducir los riegos de inundabilidad en la cuenca de actuación.
- Recarga del subsuelo y restauración de los procesos naturales del terreno.
- Mayor control de las fuentes difusas de contaminación y mejora de la calidad de las aguas superficiales.
- Reducción del riesgo de inundación aguas abajo derivado de la disminución de volúmenes y caudales punta de escorrentía.
- Reducción de las demandas de agua potable y de los volúmenes de aguas contaminadas generados.
- Reducción de los caudales punta en el sistema unitario y de la frecuencia de los desbordamientos.
- Reducción de emisiones al evitar que volúmenes importantes de agua se transporten y traten en las depuradoras.
- Gestión más económica y sostenible de las aguas de escorrentía