Drenatura explica qué medidas se deberían tomar para generalizar el uso de estos drenajes
Actualmente, los SuDS son un sector en pleno auge, con visión de futuro y por el que están apostando muchos desarrollos. No obstante, las barreras en el ámbito de la gobernanza siguen planteando dudas, ya que la implantación de SuDS en España se ve aún frenada por la falta de conocimiento y claridad en la definición de responsabilidades por parte de los agentes implicados.
En nuestro país existen cientos de entidades que gestionan el agua y que regulan el servicio de alcantarillado y saneamiento de nuestros pueblos, comarcas y ciudades. No es que funcionen mal, pero cada una cuenta con sus propios criterios y requerimientos. Sin embargo, como bien sabemos en Drenatura, el agua que circula por las aceras, sumideros, colectores, interceptores y estaciones de bombeo no entiende de barreras administrativas. Para gestionarla de forma sostenible es necesario aplicar un enfoque integrado y de cogobernanza, que permita definir de manera clara las responsabilidades de todos los agentes involucrados.
Se hace urgente coordinar una normativa de SuDS
Hace apenas 20 años, los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SuDS) eran prácticamente inexistentes en España, y se desconocía sus cualidades. Hoy en día, los SuDS son claves en la transición hacia un modelo de ciudad más sostenible y verde.
Los SuDS son una realidad fehaciente con un futuro prometedor, y se hace urgente plantear un desarrollo técnico del marco normativo que quede solucionado y claro a través de futuras normas técnicas que marquen claramente los objetivos de los SuDS y cómo lograrlos. Para las empresas de referencia en el sector como Drenatura, que actúan a lo largo y ancho del territorio, es imperativo unificar criterios de diseño y establecer un lenguaje común en materia normativa de SuDS que impulse su implementación y oriente a los proyectistas en el buen camino.
Es cierto que a escala regional y local se estén llevando a cabo iniciativas muy destacadas para promover su implantación, como ocurre en Madrid con la publicación de una Guía de Recomendaciones para SuDS, pero en lo relativo al marco regulatorio, la ausencia de una normativa común y clara dificulta su implementación general.
A falta de normativa de SuDS, los incentivos funcionan
A falta de una normativa de SuDS unificada, otra herramienta que en España aún no funciona a pleno rendimiento es la utilización de incentivos económicos y fiscales para fomentar la gestión eficiente del agua pluvial. En otros países europeos, las subvenciones para instalaciones de SuDS y la reducción de tasas de alcantarillado por la desconexión de aguas de lluvia funcionan muy bien. En Alemania, destaca el apoyo económico para la construcción de tejados verdes. El uso de este sistema para prevenir y reducir los efectos de las escorrentías ha demostrado su eficacia en zonas lluviosas. Así, el empleo de este tipo de cubiertas está siendo ampliamente impulsado en muchas ciudades a través de ayudas públicas o mediante reducción de impuestos.
Las tasas por la impermeabilización del terreno también pueden incentivar la inclusión de medidas de control en origen de las aguas pluviales. En Berlín, por ejemplo, los propietarios pagan por la escorrentía en función de la superficie impermeable de su propiedad. A través de la aplicación in situ de medidas de gestión de las aguas pluviales (pavimentos permeables, desconexión de bajantes, infiltración, etc.), los berlineses tienen derecho a descuentos en el canon por escorrentías pluviales.
Reducción de impuestos y subvenciones para los SuDS
Por otra parte, en Francia se ha aplicado una reducción en el impuesto sobre la renta derivada de inversiones en la recogida de agua de lluvia y en su reutilización, y en Finlandia se ofrecen subvenciones para la creación de humedales multifuncionales, aportando un ejemplo perfecto de cómo la aplicación de subvenciones en el desarrollo rural puede ayudar a la prevención de inundaciones en ámbitos urbanos.
Por último, el principio de “quien contamina paga” debe enfocarse en proteger el medioambiente. No puede convertirse en un mecanismo recaudatorio para financiar futuras mejoras que quedan al margen del principio de desarrollo sostenible. Las entidades municipales deben tomar conciencia de las consecuencias de incumplir sus responsabilidades en materia de vertidos del alcantarillado y actuar en consecuencia. Actualmente, si hablamos de drenaje sostenible y desbordamientos del alcantarillado, las administraciones aún tienen mucho por hacer.
Para los principales agentes que participan en la planificación, implantación y desarrollo de SuDS en España, es necesario un impulso desde el más alto nivel de gobernanza mediante el aumento de la conciencia, el compromiso de la comunidad y la coordinación de todos los actores involucrados en el proceso. En especial, el primer paso sería acordar una normativa de SuDS común, que permita incrementar la participación de todas las partes que intervienen en el ciclo del agua urbana, para considerar sus diferentes percepciones y tratar de lograr soluciones integrales y consensuadas que promuevan la transición hacia ciudades más saludables.